CRÓNICA: 27º FESTIVAL DE CINE FANTASIA [1ª PARTE]
Este año tenemos el placer de regresar a tierras canadienses desde la comodidad de nuestras pantallas para cubrir la 27ª edición del Festival de Cine Fantasia, uno de los certámenes especializados más importantes de occidente.
El evento comenzó el pasado 20 de julio y se extendió hasta el 9 de agosto en una selección de cines de Montreal.
Una vez hecha esta breve introducción, es hora de que pasemos a contar nuestra experiencia en el 27º Festival de Cine Fantasia. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en esta crónica.
AS LONG AS WE BOTH SHALL LIVE
"As Long As We Both Shall Live" es el live-action, dirigido
por Ayuko Tsukahara ("Before the Coffee Gets Cold", dorama
"Beloved"), basado en las novelas de Akumi Agitogi y Tsukiho Tsukioka y en el manga de Rito Kôsaki —también conocido como "My Happy Marriage"—.
El film, protagonizado por Mio Imada y Ren Meguro, se estrenó en Japón el pasado 17 de marzo.
Su argumento gira en torno a Miyo (Mio Imada), una joven de familia noble, criada por una madrastra abusiva y entregada en matrimonio a Kiyoka (Ren Meguro), un soldado tan despiadado que sus anteriores prometidas huyeron a los tres días de su compromiso.Sin un hogar al que regresar, Miyo comienza poco a poco a abrir su corazón a su frío y pálido futuro esposo, a pesar de no haber empezado con buen pie... Esta podría ser su oportunidad de encontrar el amor y la felicidad verdaderos.
"As Long As We Both Shall Live" es la enésima adaptación que
nos tiene preparada TOHO para este año de una popular franquicia —sin importar su procedencia literaria o manga—. Su anodina superficialidad deja patente sus pretensiones comerciales por
encima de cualquier atisbo creativo, como reflejo de la alarmante situación
actual de la industria japonesa.
La auténtica pena es que directoras del calibre a Ayuko Tsukahara —cuyo talento ya demostró en el sensacional dorama "There Is No Other"— queden estrechamente atadas a este tipo de producciones agotadoras.
Otro de los condicionantes que potencian su rechazo es la particular
elección de su protagonista. No hay ninguna obra de esta índole que no
cuente con el famosete idol de turno como principal reclamo. Sin desmerecer
sus aptitudes, Ren Meguro está por lo que está —más partiendo del éxito de los doramas "Silent" o
"Confuso primer amor"—. No obstante, también hay que reconocer el acierto al contar con el buen hacer de Mio Imada.
MAD CATS
"Mad Cats" es el esperado debut cinematográfico de Reiki Tsuno —conocido por el cortometraje "Crying Bitch! (2018)—,
protagonizado por Sho Mineo, Yuya Matsuura y
Ayane. El film se estrenará en Japón el 1 de septiembre, tras su paso
por Slamdance, Tapei, Fansporto y Bruselas.
Su argumento se centra en Taka (Sho Mineo), un joven holgazán que emprende la búsqueda de su hermano Mune. Haciendo equipo con un nuevo y estrafalario amigo y una joven tan misteriosa como atrevida en el camino, Taka se encontrará haciendo frente, según la versión oficial a "una manada de feroces y monstruosos gatos sin escrúpulos decididos a ejecutar a los dueños de tiendas de mascotas".
A pesar de sus palpables diferencias, la correlación entre el cineasta con Shinichiro Ueda y su obra magna "One Cut of the Dead" (2018) es indisoluble. A pesar de no contar con una gran estudio que los avale, desde su idiosincrasia indie han logrado levantar productos fascinantes, cimentados en la singularidad de su humor.
Reiki Tsuno logra con "Mad Cats" liberarse de esa losa cargada de melodrama exacerbado que han impregnado en gran parte del género de las artes marciales. Su reciclaje radica en una desternillante cinta de acción, llena de increíbles coreografías y las situaciones más absurdas, cuyo nexo convergente es el universo gatuno y su especial vínculo con estos animales tan adorables.
Nada de su exposición se hubiera conseguido sin la pintoresca atmóosfera labrada por el inconmensurable trabajo del director de fotografía Shintaro Teramoto ("Joint", "Wonderful Paradise", "God Bless You"). En esos páramos es donde florece el peculiar y destacable reparto interpretativo, donde, a pesar de todos sus vicios, en ningún momento caen en la sobreactuación.
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