CRÓNICA: 10º ASIAN FILM FESTIVAL BARCELONA [1ª PARTE]
El año pasado tuvimos el placer de cubrir la 10ª edición del Asian Film Festival Barcelona, evento organizado por Casa Asia con el fin de promocionar y dar voz a las diferentes culturas del continente asiático mediante su cinematografía.
El certamen se celebró desde el 26 de octubre al 6 de noviembre de 2022 en diversas localizaciones de la capital catalana. Aunque se pudo disfrutar de una pequeña selección online en Filmin, lamentablemente no había ninguna producción japonesa.
Una vez hecha esta breve introducción, es hora de que pasemos a contar nuestra experiencia en el 10º Asian Film Festival Barcelona. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en esta crónica.
"Small, Slow But Steady" es la esperada nueva película de Sho Miyake ("Wild Tour"), basada en la autobiografía de Keiko Ogasawara, y que cuenta con la fotografía de Yuta Tsukinaga ("Madres verdaderas", "What She Likes..."). El film, protagonizado por Yukino Kishii y Tomokazu Miura junto a Himi Sato, se estrenó en Japón el 16 de noviembre de 2022, tras su paso por la Berlinale, Nippon Connection y Camera Japan y Tokio. En España será emitido por Filmin bajo el título "El combate de Keiko".
El argumento gira en torno a Keiko, una joven boxeadora que nació con discapacidad auditiva. El boxeo es un verdadero desafío para ella, pero el club al que pertenece es como un segundo hogar. Pronto tendrá que enfrentarse a la enfermedad del presidente del club, avocado a su cierre.
Sho Miyake, tras la descomunal "And Your Bird Can Sing", se consolida como uno de los mejores retratistas de la cara más subrepticia de la sociedad japonesa. La pandemia del COVID-19 ejerce de escenario idóneo en la traslación de una historia de superación personal. Aunque la sordera de la protagonista obnubila el resto de su exposición, se convierte en un nexo del que confluye las diversas dificultades que sufren los personajes que comparten el mismo el espacio que ella.
La grandeza de todo lo descrito anteriormente serían retazos vacíos, si no fuera por la mastodóntica interpretación de Yukino Kishii, cuya resiliencia, enmascarada de realidad y verdad en su fragilidad y torpeza, dignifica su comprensión a través de sus miradas, sus balbuceos y el lenguaje de signos. Sin olvidar el buen hacer de su reparto secundario, encabezado por Tomokazu Miura y la breve, pero sentida aportación, de Himi Sato.
El poderío temporal y escenográfico es gracias a la desbordante fotografía de Yuta Tsukinaga, quien, a pesar de ser conocido por sus trabajos de una nitidez milimétrica, ha retornado a parajes nostálgicos gracias a su filmación en 16 milimetros hacia la evocación metafórica de ambientes típicos de la posguerra.
YAMABUKI
"Yamabuki" es una co-producción con Francia dirigida por Juichiro Yamasaki ("Sanchu Uprising: Voices at Dawn", "The Sound of Light"), protagonizada por Kirara Inori junto a Masaki Miura, Yota Kawase, Yuya Matsuura y Munetaka Aoki. La cinta llegó a los cines japoneses el 12 de noviembre de 2022, tras su paso por Róterdam y Cannes.
La historia versa sobre Chang-su, un ex-atleta ecuestre de la selección nacional de Corea del Sur, quien se vio obligado a renunciar muy pronto a su sueño. Se encuentra trabajando en una cantera en la ciudad rural de Minawa en el oeste de Japón, donde vive con Minami y su pequeña hija.
Yamabuki, una adolescente, comienza a organizar protestas silenciosas que se convierten en una acción comunitaria, para consternación de su padre policía. La aparente tranquilad de este pueblo rural se va desprendiendo gradualmente para revelar la frustración y la soledad que, una vez que se les da una voz, comienzan a conectar a las personas.
La tríada semántica converge del título fílmico hacia el nombre de una de las protagonistas en referencia a su belleza floral en colisión con su antecedente histórico de la objetivación capitalista del dinero. La preocupante problemática de la inmigración que adolece el pasado imperialista de Japón permea en la búsqueda de un nuevo futuro en rechazo a cualquier sentimiento nacionalista y militarista.
La elocuente decisión de su filmación en 16 milímetros, a pesar del posible rechazo por su característico granulado del público medio, habituado a la producción digital, potencia su atmosfera hacia planos nostálgicos en favor de su representación costumbrista del ámbito rural, bañado por un aroma de matices añejos y bucólicos, como consecuencia final de sus silencios a la confrontación de la memoria.
La historia versa sobre Chang-su, un ex-atleta ecuestre de la selección nacional de Corea del Sur, quien se vio obligado a renunciar muy pronto a su sueño. Se encuentra trabajando en una cantera en la ciudad rural de Minawa en el oeste de Japón, donde vive con Minami y su pequeña hija.
Yamabuki, una adolescente, comienza a organizar protestas silenciosas que se convierten en una acción comunitaria, para consternación de su padre policía. La aparente tranquilad de este pueblo rural se va desprendiendo gradualmente para revelar la frustración y la soledad que, una vez que se les da una voz, comienzan a conectar a las personas.
La tríada semántica converge del título fílmico hacia el nombre de una de las protagonistas en referencia a su belleza floral en colisión con su antecedente histórico de la objetivación capitalista del dinero. La preocupante problemática de la inmigración que adolece el pasado imperialista de Japón permea en la búsqueda de un nuevo futuro en rechazo a cualquier sentimiento nacionalista y militarista.
La elocuente decisión de su filmación en 16 milímetros, a pesar del posible rechazo por su característico granulado del público medio, habituado a la producción digital, potencia su atmosfera hacia planos nostálgicos en favor de su representación costumbrista del ámbito rural, bañado por un aroma de matices añejos y bucólicos, como consecuencia final de sus silencios a la confrontación de la memoria.
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