CRÓNICA: 51º FESTIVAL DE RÓTERDAM [2ª PARTE]
Este año hemos tenido el placer de cubrir la la 51ª edición del Festival Internacional de Cine de Róterdam, considerado uno de los de los festivales más importantes de Europa, especializado en la cinematografía más vanguardista y arriesgada.
A raíz de la situación con el COVID-19, la entidad organizadora del festival, ha tenido que reinventarse y, por ende, este certamen, que tuvo lugar del 26 de enero al 6 de febrero, se ha celebrado tanto de forma online mediante su pagina web y para la prensa a través de la plataforma Festival Scope.
Tras la primera entrega, vamos a seguir con nuestra cobertura del 51º Festival Internacional de Cine de Róterdam. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en esta crónica.
YAMABUKI
"Yamabuki" es una co-producción con Francia dirigida por Yuichiro Yamasaki ("Sanchu Uprising: Voices at Dawn", "The Sound of Light"), protagonizada por Kirara Inori junto a Masaki Miura, Yota Kawase, Yuya Matsuura y Munetaka Aoki. Su estreno en Japón se espera para otoño de este año.
La historia versa sobre Chang-su, un ex-atleta ecuestre de la selección nacional de Corea del Sur, quien se vio obligado a renunciar muy pronto a su sueño. Se encuentra trabajando en una cantera en la ciudad rural de Minawa en el oeste de Japón, donde vive con Minami y su pequeña hija.
Yamabuki, una adolescente, comienza a organizar protestas silenciosas que se convierten en una acción comunitaria, para consternación de su padre policía. La aparente tranquilad de este pueblo rural se va desprendiendo gradualmente para revelar la frustración y la soledad que, una vez que se les da una voz, comienzan a conectar a las personas.
La tríada semántica converge del título fílmico hacia el nombre de una de las protagonistas en referencia a su belleza floral en colisión con su antecedente histórico de la objetivación capitalista del dinero. La preocupante problemática de la inmigración que adolece el pasado imperialista de Japón permea en la búsqueda de un nuevo futuro en rechazo a cualquier sentimiento nacionalista y militarista.
La elocuente decisión de su filmación en 16 milímetros, a pesar del posible rechazo por su característico granulado del público medio, habituado a la producción digital, potencia su atmosfera hacia planos nostálgicos en favor de su representación costumbrista del ámbito rural, bañado por un aroma de matices añejos y bucólicos, como consecuencia final de sus silencios a la confrontación de la memoria. PETIT AMI PARFAIT
La historia versa sobre Chang-su, un ex-atleta ecuestre de la selección nacional de Corea del Sur, quien se vio obligado a renunciar muy pronto a su sueño. Se encuentra trabajando en una cantera en la ciudad rural de Minawa en el oeste de Japón, donde vive con Minami y su pequeña hija.
Yamabuki, una adolescente, comienza a organizar protestas silenciosas que se convierten en una acción comunitaria, para consternación de su padre policía. La aparente tranquilad de este pueblo rural se va desprendiendo gradualmente para revelar la frustración y la soledad que, una vez que se les da una voz, comienzan a conectar a las personas.
La tríada semántica converge del título fílmico hacia el nombre de una de las protagonistas en referencia a su belleza floral en colisión con su antecedente histórico de la objetivación capitalista del dinero. La preocupante problemática de la inmigración que adolece el pasado imperialista de Japón permea en la búsqueda de un nuevo futuro en rechazo a cualquier sentimiento nacionalista y militarista.
La elocuente decisión de su filmación en 16 milímetros, a pesar del posible rechazo por su característico granulado del público medio, habituado a la producción digital, potencia su atmosfera hacia planos nostálgicos en favor de su representación costumbrista del ámbito rural, bañado por un aroma de matices añejos y bucólicos, como consecuencia final de sus silencios a la confrontación de la memoria.
"Petit Ami Parfait" es un producción francesa co-dirigida por Kaori Kinoshita ("The Cat, the Reverend and the Slave", "Bonheur Académie"), cuyo reparto está formado por Taku Kohyama, Takahiro Tsuzuki, Kyota Yorifuji, Tatsuya Hamada, Yuuri Kinoshita, Ami Naruse, Yume Saito, Seri Suzumura y Rasei Nakajima.
La historia gira en torno a tres adultos que caen bajo el hechizo de Rinko, una personaje virutal del videojuego "Love Plus" con aperiencia de estudiante de secundaria.
Este idilio virtual los lleva durante todo un fin de semana al antiguo pueblo costero de Atami, donde se cruzan con dos adolescentes que han venido a pasar su primer fin de semana romántico en el mismo hotel. Pero Kentaro también fue seducido por Rinko. Al principio celosa, Kyoko termina interesándose por esta rival virtual que parece haber contagiado los corazones de todos los hombres del país.
A pesar de que gran parte de la carrera profesional y la situación vital
de Kaori Kinoshita la mantiene ligada a Francia, la directora
vuelve a sus raíces idiosincrásicas para retratar la significación holística
del amor.
La perspectiva femenina que dota al interesante binomio que conforma
con su compañero francés Alain Della Negra se refleja en el
tratamiento del papel de la mujer, no sólo dentro del tumultuoso mundo del
entrenamiento japonés —con especial énfasis en la toxicidad del universo idol—, sino también en las capas más profundas de la sociedad japonesa.
Su reminiscencia al trasgresor y premonitorio anime
"Paranoia Agent" (Satoshi Kon, 2004) es palpable en su
representación de la humanidad carcomida por los ingentes avances
tecnológicos, donde la delgada línea entre la realidad y el mundo virtual se
diluye casi en su totalidad en su trasposición a un caleidoscopio refractario
incapaz de discernir lo real de lo ficticio a través de la confluencia
homogénea de estructuras típicas del documental.
BATTLECRY
"Battlecry" es una película de animación CGI realizada casi en su totalidad por
el artista y realizador audiovisual Yanakaya, cuya premiere mundial tuvo lugar en Skip City International D-Cinema Festival.
La historia, ambientada en el Japón ficticio de los años 80, gira en torno a Soji, un soldado que tras un permiso regresa a su país. Recibe una solicitud de Haya, quien fue enviada por el Banco Mundial, para ayudarla en una misión para investigar las circunstancias reales de un narcótico llamado "Golden Monkey", el cual se está propagando desenfrenadamente en la sociedad japonesa.
Partiendo del antecedente de su autoría monoproductiva, marcado por su
reducido presupuesto y el escaso acceso a los medios habituales en el ámbito
de la animación convencional, se imbuye de esa esencia independiente a través
de la creación orgánica del CGI. Sus semejanzas estilísticas confluyen a
las de un videojuego hacia su retrato de un futuro distópico, vertebrado
gracias a su apabullante world-building.
Bajo una premisa reminiscente a la celebrada
"Pyscho-Pass", se incide en su vértice foráneo a la ciencia ficción y al thriller sobre las
problemáticas actuales que adolecen en la putrefacción de la sociedad
japonesa. La nauseabunda desigualdad entre los diferentes estratos
estamentales hacia las capas más bajas de los individuos, narcotizados por la
sobreexposición mediática y tecnológica hacia su aislamiento hermético en su
transfiguración de sombras.
THE MOLE SONG: FINAL
"The Mole Song: Final" es la última entrega de la saga dirigida por Takeshi Miike ("Ichi the Killer", "JoJo's Bizarre Adventure: Diamond is Unbreakable", "Laplace's Witch"), basado en el manga de Noboru Takahashi, y protagonizado por Ikuta Toma. El film se estrenó en Japón el pasado 19 de noviembre de 2021.
La historia gira en torno a Reiji Kikukawa, un agente encubierto al que se le asigna de repente la misión de infiltrarse en la organización yakuza más grande de Japón y acercarse a Shuho Todoroki, su jefe. Su objetivo final es impedir una operación de tráfico de drogas, valorada en 600.000 millones de yenes. Para ello, se sube a un lujoso crucero y se enfrentará a su enemigo más fuerte hasta la fecha.
A pesar de los destellos tardíos de genialidad que destilaba la
brillante "First Love", el cineasta japonés retrocede a la anodina senda comercial impuesta por los
grandes estudios cinematográficos del país del sol naciente. En este
ocasión, como ya ocurrió "The Great Yokai War: Guardians", vuelve a retomar una de sus propias sagas olvidadas, potenciando así la idea de la
escasez creativa.
Una reinterpretación más del género Yakuza hacia un cóctel que fusiona la
comedia bufonesca, la fantasía ridícula y la animación de títeres junto a la
simpleza del thriller de acción. De los escasos alicientes positivos que
bifurcan en las más de dos horas de metraje, lo hallamos, una vez más, en el
personaje de Reiji, interpretado nuevamente por el enérgico y cautivador
Toma Ikuta.
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