CRÓNICA: 15º JAPAN CUTS [1ª PARTE]
Este año hemos tenido el placer de cubrir la la 15ª edición del festival de cine Japan Cuts, considerado uno de los festivales especializados en la cinematografía japonesa más importantes de occidente.
A raíz de la situación con el COVID-19, Japan Society Film, entidad organizadora del festival, ha tenido que reinventarse y, por ende, este certamen, que tuvo lugar del 20 de agosto al 2 de septiembre, se ha celebrado tanto de forma presencial como online, a través de la plataforma Festival Scope.
Una vez hecha esta breve introducción, es hora de que pasemos a contar nuestra experiencia en el 15º Festival de Cine Japan Cuts. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en esta crónica.
NEXT GENERATION
MARI & MARI
"Mari & Mari" es la primera película de Tatsuya Yamanishi —conocido por el corto "Sayonara Midori"—, protagonizada por Kou Maehara, Hana Amano y Nao. La cinta se estrenó en Japón el 18 de junio, tras ser premiada en MOOSIC LAB y presentarse en Kumamoto Reconstruction Film Festival —organizado por el director Isao Yukisada— .
El argumento gira en torno a Norio, un director de casting, que está disfrutando del verano junto a su novia Mari, con quien lleva saliendo tres años. De repente, una chica misteriosa llega a su casa. Su nombre también es Mari.
Nuestra incursión en la presente edición de JAPAN CUTS comienza con la reciente ganadora del premio Nobuhiko Obayashi, cuya figura encapsula la esencia bifocal de ambas identidades. Un juego de luces y sombras que se retrotrae a la ambigüedad dramática de "Asako I & II" (Ryosuke Hamaguchi, 2018) en comunión con su conversación entre las atmósferas fantasmagóricas de Kiyoshi Kurosawa y la monotonía dialéctica de Hong Sang-soo.
La profesión metafílmica del protagonista —interpretado brillantemente por Kou Maehara— convulsiona su paradigma diegético en torno a la disforia identitaria cercana a la turbación desasogante de Satoshi Kon o David Lynch. La paranoia no emerge de las profundidades del alma humana, sino que se halla en la idealización de la relación romántica, cuyos lazos son tan volátiles, llegando a transgredir los caminos convergentes de la pareja. La felicidad conyugal es un cristalino reflejo del engaño intrínseco propio.
TOWN WITHOUT SEA
"Town Without Sea" es la primera película como directora de la actriz Elaiza Ikeda ("Sunny", "Not Quite Dead Yet"). El film, protagonizado por Yuki Kura junto a Lily Franky y Kengo Kora, se estrenó en Japón el 4 de diciembre del pasado año y se ha presentado en Jenjou y Shangai.
Su argumento transcurre en Tagawa, en la prefectura de Fukuoka, y gira en torno a Sho y Taiga, dos amigos de la infancia que se dedican a tocar el tambor en los festivales locales. Dado que están en su último año de instituto, Taiga decide que este año no tocará en pos de prepararse para acceder a la universidad, lo que deja a Sho, quien no tiene planes de futuro, muy tocado.Sin embargo, todo cambia en la vida de estos jóvenes cuando un día se topan con una misteriosa chica llamada Miyako.
La actriz Elaiza Ikeda sigue la estela de Hana Matsumoto o Sara Ogawa a la hora de embarcarse en sus primeros proyectos en la dirección, donde queda patente su sensibilidad especial a la hora de abordar temas alejados de sus papeles más reconocidos.
La ciudad de Tagawa emana en su ecosistema su pasado industrial de la minería del carbón y su gastronomía mediante la disertación del alegórico relato "El pájaro azul", de Maurice Maeterlinck, donde vertebra una visión holística sobre una de las preguntas esenciales del existencialismo humano: ¿Qué es la felicidad?
Esa trascendental cuestión va ligada durante toda la existencia vital, pero es durante el florecimiento de la madurez cuando crece ante la incomprensión del futuro alejado del hogar. La infranqueable amistad construida desde la infancia se resquebraja a raíz del influjo exógeno femenino. La culpa, la envidia y el rechazo tiñen sus cristalinas corrientes de un matiz más oscuro ante la incapacidad de aceptar sentimientos más profundos. La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas junto a la persona que camina a nuestro lado, sin importar su condición ni su procedencia.
A pesar de contar con reconocidas figuras como Lily Franky y Kengo Kora, la verdadera revelación es la soberbia interpretación emocional de Yuki Kura, quien tiene un camino prometedor por recorrer en los próximos años. La casualidad converge en su grado más poético hacia la conexión de su primer papel protagonista con el debut en la dirección de la intérprete. Nuestro anhelo es que no sea la última vez que colaboran juntos porque sería una auténtica desgracia para el cine japonés.
La primeriza cineasta ha decidido tomar trazas más convulsas, contrarias al reconocimiento comercial, sobre todo, en su pulso parsimonioso y flemático de su fotografía, marcado por sus planos alargados y sin apenas ritmo, pero con un lirismo desbordante en preciosas escenas como la de la piscina, con claras reminiscencias a Shunji Iwai y Shinji Sômai.
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