CRÓNICA: 25º FESTIVAL DE CINE FANTASIA [4ª PARTE]
Este año tenemos el placer de cubrir la 25ª edición del Festival de Cine Fantasia, uno de los certámenes especializados más importantes de occidente.
Sin embargo, y dada la atípica situación que estamos viviendo en todo el mundo con el COVID-19, la entidad organizadora del evento, a pesar de de mantener su formato físico de forma limitada, ha tenido que reinventarse y entrar en la era digital con un evento telemático, que tendrá lugar del 5 al 25 de agosto a través de las plataformas Festival Scope y Shift72.
Tras la anterior entrega, seguimos con nuestro relato de nuestra experiencia dentro del 25º Festival de Cine Fantasia. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en la cuarta parte de esta crónica.
SAKURA
"Sakura", la nueva película de Hitoshi Yazaki, basada en la novela de Kanako Nishi, y protagonizada por Nana Komatsu, Takumi Kitamura y Ryo Yoshizawa. El film, estrenado el 13 de noviembre de 2020, fue galardonado en Japannual y en los Japan Movie Awards.
Esta es la historia de una familia formada por unos padres, su perra Sakura y sus tres hijos: Hajime , Kaoru y Miki. Hajime es el hijo mayor y es guapo y popular; Kaoru, el hijo mediano, es un universitario normal y corriente; y Miki, la hija pequeña, admira mucho a Hajime. Un día, Hajime sufre un accidente de coche que deja a la familia totalmente desolada. Poco a poco, la familia se irá recuperando.
La obra de Kanako Kishi ha sido el punto cenital del que han emergido excepcionales adaptaciones, como "Yellow Elephant" (Ryuichi Hiroki, 2013) o "The Round Table" (Isao Yukisada, 2014).
A igual que ocurre con "Makuko" (Keiko Tsuruoka, 2019), su importancia semántica va ligada a su figura nuclear —en esta ocasión, se trata de una perra—. El florecimiento germina gracias al brillante uso de los flashbacks en torno al aglutinador significado del amor, capaz de trasgredir las estructuras del seno familiar. La tragedia se reformula desde la memoria y por la incapacidad de discernir la frontera entre la pérdida y la culpa.
El talento de Hitoshi Yazaki está patente en la construcción de deslumbrantes dramas, demostrado en "A Capella" (2016) o "March Comes in Like a Lion" (1991), pero es su pasado como realizador pinku donde supedita a todo lo demás. Aquí, el sexo alcanza un estado de convergencia ambivalente que permea desde la virginidad ingenua —marcada por su estela homoerótica— hasta el éxtasis producido por su onanismo descorazonador al más puro estilo de "American Beauty".
"Fortune Favors Lady Nikuko" es la nueva película de STUDIO4℃, basada en la novela de Kanako Nishi. El film llegó a los cines japoneses el 11 de junio y tuvo su premiere mundial en la 60ª edición del festival Annecy.
Su argumento gira en torno a una madre llamada Nikuko y su hija Kikuko, que viven en un barco. La trama de este drama humano sigue las andanzas y evolución de esta familia.
El grandioso binomio formado por Ayumu Watanabe y Keinichi Konishi dan un salto al vacío tras la apoteósica "Los niños del mar" al arriesgar en la composición de la primera adaptación de la obra de Kanako Nishi desde la animación.
El hermetismo alegórico de su anterior producción se desvanece hacia una humilde narrativa sin grandes pretensiones, rebosante de humanidad y corazón. Las aparentes reminiscencias al estudio Ghibli son un mero recurso estilístico en pos de la poliédrica significación de la maternidad y de la familia, equidistante a su germen sanguíneo, y de la auténtica belleza de lo mundano.
La fortaleza femenina se ejemplariza en las conexiones lingüísticas de sus dos identidades contrapuestas entre sí, pero necesarias para su crecimiento mutuo. Nikuko rebosa bondad e ingenuidad, sin importar todo el daño que le puede acarrear. Mientras que Kikuko es la representación más racional del ente familiar. La madurez asciende en su luminosidad totalizadora de la que se impregna todo su ecosistema.
Los expresivos diseños de personajes de Konishi sería una concepción inerte si no fuera por su perfecta incorporación en los utópicos parajes creados por el portento artístico de Shinji Kimura. Unos revitalizadores paisajes costeros en su más alto grado pictórico, patente en su matiz post-impresionista, que están alejados del caótico urbanismo de grandes urbes. La potencia de su idealización convulsionará hacia la busqueda de semejante paraíso en la realidad.
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