QUERIDO JAPÓN: DÉJAME CERRAR ESTE CICLO
Nuestra colaboradora Saya DeLarge
regresa con un nuevo artículo donde diserta sobre los remakes en el anime.
¡Aquí os dejamos con su reflexión!
Cerrar ciclos es parte de nuestro proceso como seres humanos: cuando terminamos una relación sentimental por X o Y motivo, al liberarnos de la codependencia económica de nuestros padres o bien cuando crecemos como personas para asumir más responsabilidades.
Mientras hablaba con Sheila Malchirant de Pro Shôjo Spain sobre demografía vs. género en el manga, surgió otro tema sobre el que me hacía mucha ilusión escribir: Los remakes —o como decimos en Colombia, los reencauches—.
Esta estrategia tan utilizada por algunos estudios de animación y mangakas tiene como objetivo revivir el factor nostalgia en la vieja guardia de fanáticos, adquirir nuevos seguidores en el proceso y, de paso, exprimir nuestros ingresos con el bombardeo constante del tan acostumbrado merchandising.
Otro motivo que me impulsó a escribir sobre este tema fue el vídeo de Guibel Reviews llamado "Las nuevas generaciones son horribles", con el cual estoy de acuerdo, ya que la industria del manga y anime está recurriendo a trucos baratos para seguir consolidando su posición como el productor más importante en ambos contenidos, pero la triste realidad es que Corea del Sur y China le arrebataron el trono.
Ante esta situación, quiero decirte algo, querido Japón: CRECIMOS.
Aunque te agradecemos que nos hayas brindado una muestra de tu cultura a través de tus historias, ya no somos esos críos que aceptaban sin rechistar todo lo que nos brindabas. Somos adultos con criterio y tenemos la capacidad de discernir entre un buen argumento y una bazofia sin pies ni cabeza.
Por lo tanto, no vuelvas a conquistarnos con ese anzuelo llamado "nueva generación". En su lugar, ¿qué tal si pruebas a reinventar tus historias con un nuevo enfoque?
Después de ver el vídeo de Guibel Reviews, me sentía optimista y pesimista a la vez: lo primero porque Rumiko Takahashi estaría supervisando el guión y lo segundo apareció debido al golpe de realidad que estaba a punto de recibir. Al final, ganó el arrepentimiento.
Puse mis esperanzas en "Hanyo no Yashahime", la nueva generación de "InuYasha", y 3 episodios después llegué a una conclusión: su argumento era pretencioso a rabiar, y una prueba de ello era el hastío que me generaba al ver las comparaciones de Moroha, Setsuna y Towa con sus respectivos progenitores.
En serio ¿en qué estaban pensando los creadores de semejante sacrilegio? Inuyasha, Kagome y compañía cumplieron con su cometido. ¿Qué cojones pretendían al traerlos de vuelta?
Si voy a escribir una secuela es para resolver misterios que dejé en la obra predecesora y crear un personaje con un nuevo proyecto de vida, en vez de brindar explicaciones sin sentido, conflictos forzados y burdas imitaciones de personajes que no encajan en la historia.
Ésto me recuerda a la famosa escena de Lisa Simpson y la muñeca Stacy Malibu, cuya única novedad era su sombrero, mientras que su imagen superficial y frases horteras permanecían intactas.
«[Las nuevas generaciones son] Hijos de los protagonistas de una obra que no pueden llenar los zapatos de sus padres ni en cinco vidas y que fueron creados simplemente para seguir exprimiendo cada centavo de una franquicia que no podía seguirse estirando más» — Guibel Reviews, 2020.
Bien lo dice el refrán: por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda. ¿Por qué los fans hacemos la vista gorda con lo que está sucediendo con los nuevos contenidos en el manga y anime? ¿Hasta cuándo seremos así de negligentes con los mangakas?
Para terminar esta reflexión, os lanzo esta pregunta: ¿Volveremos a ver historias que establecieron un antes y después como "Cowboy Bebop", "Slam Dunk" o "Neon Genesis Evangelion"? Mientras lees estas líneas, confío en que posees el poder de generar el cambio tan necesario en esta industria y convertirte en la nueva revelación del manga.
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