REVIEW: MARY Y LA FLOR DE LA BRUJA - HIROMASA YONEBAYASHI
El pasado 7 de septiembre se estrenó en España "Mary y la flor de la bruja". Esta película de Hiromasa Yonebayashi llega a nuestro país gracias a SELECTA VISIÓN y Hikari No Hana tuvo el placer de asistir al único pase que tuvo lugar ese día.
Han pasado 4 años desde "El recuerdo de Marnie", la última película que Hiromasa Yonebayashi dirigió en el estudio GHIBLI. En esta ocasión, el director de "Arriety y el mundo de los diminutos" se pone detrás de "Mary y la flor de la bruja", aunque, esta vez, la cinta es la carta de presentación del estudio PONOC.
"Mary y la flor de la bruja", cuyo título en japonés es "Mary to Majo no Hana", es el primer proyecto del estudio PONOC, fundado en 2015 por Yoshiaki Nishimura, productor, entre otros, de títulos como "El cuento de la princesa Kaguya", del difunto Isao Takahata. En el pasado, Nishimura produjo "El recuerdo de Marnie" y, una vez más, vuelve a producir la nueva película de Yonebayashi.
La cinta, basada en el relato infantil "La pequeña escoba de palo" de Mary Stewart, fue nominada a los Annie Awards y fue precandidata a los Oscars por su banda sonora, compuesta por Takatsugu Muramatsu ("Lu over the wall"), quien ya colaboró en el pasado con Yonebayashi componiendo la música de "El recuerdo de Marnie".
Su argumento gira en torno a Mary, una niña que vive con su tía abuela Charlotte en el campo, donde no pasa casi nada. Un día sigue a un misterioso gato negro hasta el bosque y descubre un viejo palo de escoba y una extraña flor que sólo florece cada siete años en ese mismo bosque. El palo de escoba y la flor llevarán a Mary por encima de las nubes hasta llegar a Endor College, una escuela de magia dirigida por Madam Mumblechook y el brillante Doctor Dee. Pero allí suceden cosas terribles y después de mentir, Mary tendrá que arriesgar su vida para que todo vaya bien.
La cinta sumerge al espectador en un mundo asombroso, lleno de magia, belleza y color. Un mundo que, a pesar de sus maravillas, resulta muy familiar.
A simple vista, cuesta distinguir si estamos ante una película del estudio de Hayao Miyazaki. Se aprecia una gran influencia de películas como "El viaje de Chihiro", "El castillo ambulante" o "Nicky, la aprendiz de bruja", donde la magia campa a sus anchas y baña el mundo para asombro del espectador. No obstante, dista mucho de la majestuosidad de éstas. En su lugar, "Mary y la flor de la bruja" apuesta por presentar una historia mucho más ligera.
Otro de los temas que la película trata es la relación del ser humano con el medio ambiente y la celebración de la naturaleza por encima de la ciencia, un tema muy recurrente en la filmografía del estudio GHIBLI y que hemos podido ver en películas como "La princesa Mononoke", "Ponyo en el acantilado" o "Arriety y el mundo de los diminutos", está última dirigida por Yonebayashi. Con todo ésto, se nota mucho que, en lugar de arriesgar y presentar algo realmente innovador y con personalidad propia, el equipo ha preferido ir sobre seguro y repetir la vieja pero confiable fórmula del estudio GHIBLI.
No obstante, la película se apoya en su apartado técnico y artístico, reforzando aún más la presencia del universo del estudio GHIBLI. El entrañable diseño de personajes de Akihiko Yamashita, quien diseñó los personajes de "Arriety y el mundo de los diminutos", junto a la dirección artística de Tomotaka Kubo, quien trabajó en los fondos de "El recuerdo de Marnie", y la dirección de animación de Takeshi Inamura, quien ha trabajado en la animación de las dos primeras películas de Yonebayashi, dan como resultado una animación bella, colorida y bien cuidada. Todo ello aderezado con la música de Takatsugu Muramatsu, ofreciendo una grata experiencia para el espectador.
En definitiva, es una decente carta de presentación para el estudio PONOC, donde demuestran la firme determinación de que tienen lo que hay que tener para ser los sucesores del estudio GHIBLI.
Otro de los temas que la película trata es la relación del ser humano con el medio ambiente y la celebración de la naturaleza por encima de la ciencia, un tema muy recurrente en la filmografía del estudio GHIBLI y que hemos podido ver en películas como "La princesa Mononoke", "Ponyo en el acantilado" o "Arriety y el mundo de los diminutos", está última dirigida por Yonebayashi. Con todo ésto, se nota mucho que, en lugar de arriesgar y presentar algo realmente innovador y con personalidad propia, el equipo ha preferido ir sobre seguro y repetir la vieja pero confiable fórmula del estudio GHIBLI.
Puede que "Mary y la flor de la bruja" no te atrape por su argumento simplista e infantil, pero, gracias a su apartado técnico, artístico y sonoro, ofrece una grata experiencia para los sentidos.
El guion, escrito por Riko Sakaguchi y el propio Yonebayashi, adapta un relato infantil que data de 1971 y, a pesar de ser conscientes de este detalle, es inevitable percibir que estamos ante una historia con un argumento carente de valor y con una estructura narrativa simple, sin sobresaltos, donde la existencia de conflicto interno por parte de la protagonista brilla por su ausencia.No obstante, la película se apoya en su apartado técnico y artístico, reforzando aún más la presencia del universo del estudio GHIBLI. El entrañable diseño de personajes de Akihiko Yamashita, quien diseñó los personajes de "Arriety y el mundo de los diminutos", junto a la dirección artística de Tomotaka Kubo, quien trabajó en los fondos de "El recuerdo de Marnie", y la dirección de animación de Takeshi Inamura, quien ha trabajado en la animación de las dos primeras películas de Yonebayashi, dan como resultado una animación bella, colorida y bien cuidada. Todo ello aderezado con la música de Takatsugu Muramatsu, ofreciendo una grata experiencia para el espectador.
En resumidas cuentas, estamos ante una película entretenida que gustará especialmente a los más pequeños, y, en líneas generales, a los fans más incondicionales del estudio Ghibli.
No es una película especialmente innovadora ni tampoco una obra maestra. Sin embargo, aun no siendo precisamente asombrosa, es muy disfrutable a nivel técnico y artístico y cumple con su principal cometido: entretener.En definitiva, es una decente carta de presentación para el estudio PONOC, donde demuestran la firme determinación de que tienen lo que hay que tener para ser los sucesores del estudio GHIBLI.
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